Teniendo
noticias de su deseo de ingresar a nuestra Institución y consciente de que a
ciencia cierta desconoce las bases y princípios que nos rigen, creo prudente
informarle del paso que pretende dar.
Posiblemente al enterarse del modo en que operamos cambie de parecer y decida no ingresar en nuestras filas.
Para principiar le diré que la Masonería no es un club, no es um partido político ni es una religión. No es un club, pero requiere de cuotas para su subsistencia. No es un partido político, pero imparte conocimientos de la vida política que rige nuestro país.
No es uma religión,
pero exige la creencia en Dios; es decir un ateo nunca será admitido. Tampoco
es una beneficencia pública, pero brinda ayuda desinteresada a aquel o aquellas
personas que se encuentran em desgracia o desamparadas.
Las
raíces de la Masonería están tomadas del lejano pasado; sus ideales y
enseñanzas son puramente éticas, educacionales y espirituales; las cuales al
través del tiempo se han consolidado en un sistema de vida. A La Masonería no
se debe ingresar con la idea de obtener ganância monetaria, ni utilizarla como
trampolín para puestos públicos o por simple curiosidad.
Aquel
que ingresa con alguna de estas ideas, pronto se ve defraudado, encuentra todo
lo contrario. La Masonería exige dedicación, tiempo y dinero, es una
Institución cuyos principios fundamentales están basados en la fraternidad que
debe de existir entre los hombres de buena voluntad y en La firme creencia de
que existe un Ser Superior que nos rige a todos.
De aquí la razón del énfasis que se le da a la practica de la bondad, la tolerancia, la filantropía, la justicia y otras virtudes que distinguen al hombre bueno y culto.
Se
puede decir que La Masonería es una escuela donde se enseña el camino hacia La superación
del hombre. Un camino largo y espinoso donde hay que vencer los vicios y
perjuicios que el hombre trae consigo al nacer en este mundo. Un camino que
toma toda la vida en recorrerlo pero que al final convierte al hombre neófito
en un hombre inteligente, bueno y justo; además de prepararlo para el viaje
eterno.
Sin embargo,
la Masonería no pretende ser una fabrica para hacer hombres buenos; en efecto
así es, ya que la Masonería exige que El pretendiente sea un hombre cabal y de
buenas costumbres; sin distinción de religión, raza o inclinaciones políticas.
Es mentira que la Masonería sea una orden secreta; sus miembros son ampliamente
conocidos; así como la fecha, hora y lugar de reunión.
Sus únicos secretos consisten en ciertos signos y palabras que se utilizan para identificarse en ocasiones de emergencia para ayudarse mutuamente. A través de su historia, la Masonería há tomado como norma el que los pretendientes a ingresar lo hagan por convicción y no por curiosidad, los que ingresan por esta ultima razón salen desilusionados.
Es de
vital importancia informarle que al ingresar a nuestra fraternidad contrae
ciertas obligaciones monetarias, obligaciones que usted deberá estar en
condiciones de cubrir sin afectar sus gastos familiares. También debo
advertirle que en ocasiones se le asignarán trabajos de colaboración.
Colaboración y tiempo que usted dedicará después de SUS ocupaciones laborales y personales. Espero que la información que le estoy proporcionando sea suficiente para darse cuenta que La Masonería no va contraria a la moral, a la religión o partido político alguno. Por todo lo anterior anotado y sabedor de que a su esposa y su familia les gustaría saber a que organización desea Usted ingresar; seria aconsejable que les mostrara esta carta y escuchara la opinión de ellos antes de decidirse a ingresar a nuestras filas.
Fraternalmente
Un
amigo.
Erick Díaz